Reflexiones. Género y pandemia.
- Marcela Coria
- Aug 28, 2020
- 2 min read

Cada vez más se da el hecho de que las mujeres trabajamos fuera del hogar en una situación de paridad con los hombres lo que produce nuevas configuraciones en las familias. Actualmente se presenta un nuevo modelo de pareja, marcado por mayor autonomía de las mujeres y la participación de ambos en las decisiones más importantes. Hoy se discute y se negocia sobre las tareas que hasta no hace mucho tiempo eran exclusivas del trabajo femenino. Como consecuencia de esto, los hombres participan más en las tareas domésticas y en la crianza de hijas e hijos.
Ahora bien, el aislamiento producto del Covid-19 ha puesto en evidencia que todavía no han cambiado significativamente los roles tradicionalmente asignados. La tecnología nos ha permitido trabajar desde casa pero quien se ha responsabilizado mayoritariamente de las tareas escolares de niñas y niños, realizado las compras, quien ha cocinado, cuidado a abuelas y abuelos y mantenido la casa inmaculada? El coronovirus ha demostrado la estructura desigual del espacio doméstico, la ha acentuado y en algunos casos ha colapsado.
Algunas sugerencias para implementar en casa:
• Es una oportunidad para valorizar las tareas de la casa y compartirlas. El cuidado de nuestras hijas e hijos es una responsabilidad social y por lo tanto de ambos progenitores.
• Trabajar la cantidad de horas que nos permita descansar y realizar otras actividades más allá del trabajo (vida social y familiar, ocio, ejercicio, etc.)
• Compartir momentos, actividades y salidas con nuestra pareja propician la complicidad, refuerzan la estabilidad de los proyectos de vida en común y profundizan los vínculos afectivos.
• El diálogo sincero promueve respeto e igualdad.
Muy importante con niñas y niños somos su modelo, nos escuchan, imitan y aprenden
• Evitar generalizar, utilizar lenguaje sexista o comentarios que refuercen los estereotipos de género.
• Repartir por igual las tareas del hogar sin importar el género de nuestra/os hijas e hijos.
• Potenciar actividades libres de género. Permitir que elijan el deporte o la actividad en función de sus intereses sin seguir los estereotipos sociales vinculados al género.
• Ofrecer juguetes y cuentos que desarrollen la imaginación, la creatividad, la educación emocional y el pensamiento lógico.
Para finalizar nos gustaría analizar cómo estas transformaciones se manifiestan en nosotras.
Qué piensan sobre...
¿La incorporación de ambos mapadres en el mercado laboral democratiza el vínculo de pareja en relación a las tareas domésticas y a la crianza de hijas e hijos?
O por el contrario provoca mayores conflictos como, rivalidad, divorcios, violencia de género y/o dificultades con respecto a la maternidad-paternidad.
O produce ambas?
Déjanos tu opinión
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