Creer o no creer, cuál es la cuestión?

A propósito de Santa Claus, Papá Noel, Los Reyes Magos, Sinterklaas, San Nicolás, El Ratón Peréz, el Hada de los Dientes, Spiderman, Batman y el mas allá.

Me pregunto que es lo que lleva a niños y niñas a creer una y otra vez, año tras año en esos relatos tan inverosímiles como que un señor de rojo en un gran trineo en el mismo momento deje millones de regalos por la chimenea (aunque no tengamos) a todos los niños del mundo.

Hablo con mi hijo sobre la teoría del Big Bang, la extinción de los dinosaurios, la evolución de las especies, ADN y clonación, en fin, distintas teorías y disciplinas científicas y de pronto corre a poner su zapatito al lado de la puerta con una zanahoria, (cuento mítico de Sinterklaas, Países Bajos, Bélgica) y al otro día se levanta ilusionado con que mágicamente han atravesado la puerta y dejado su regalito. ALUCINO, Y ME ENCANTA.

Esto es posible gracias a la inagotable imaginación de nuestros pequeños bajitos.

El juego y el deseo de jugar consiste en animar lo inanimado. Darle vida a aquello que no la tiene. El juego le posibilita constituirse y conocerse, su mundo interno cobra vida y le facilita su relación con el mundo exterior. Las niñas y niños aprenden a jugar jugando. El como si, el hagamos que yo era…, el espacio lúdico que crea pasa a ser su realidad, es verdadero. Cuando les leemos un cuento, lo creen verdad. Si lo ficcional no se vive como real, si se dice pero esto es solo un juego, perdería su sentido.

Es en el juego donde se apropian de su historia, deja marcas que las y los prepararán para el futuro. Escucho algunos ma/pas que se preguntan les estoy mintiendo, debo decirles la verdad? Llegará el momento en que se den cuenta de la existencia mítica de aquellas historias que no tienen mucho sustento empírico que las autorice, pero entonces, habrán fomentado su capacidad para inmiscuirse en las artes, literatura, ciencias. Hay alguna diferencia cuando nos emocionamos hasta las lágrimas con una hermosa película, una novela escrita o una obra artística? O cuándo le suponemos notables atributos a algún personaje histórico o político que hubiese podido o podría “salvar la humanidad “.